“Si la UE no puede ayudar militarmente a Ucrania a evitar una catástrofe global, debería alentar al gobierno ucraniano a ofrecer su neutralidad a cambio del respeto por su independencia y su sistema democrático. Quizás la UE debería moverse en esa dirección hace tiempo”, publicó el pasado domingo Alcalde de Málaga en su cuenta oficial de twitter.
Aunque Francisco de la Torre había mostrado su apoyo al pueblo ucraniano desde el comienzo de la invasión rusa, sus palabras parecían entenderse como un insulto a Kiev por negarse a negociar con Moscú en primer lugar. Incluso quienes lo interpretaron como una petición para que los ucranianos abandonaran su independencia a cambio del cese de la guerra.
Las respuestas no tardaron en llegar, y algunos vincularon su posición -algo tibia con Rusia- a la implicación de Málaga con el país, que surgió en el ámbito cultural del país. Colección del Museo Ruso. «¿Por miedo a que Putin sea condenado y el Museo se lo lleven?» ellos preguntaron. Las voces más críticas pedían el cierre del espacio museístico y la restauración del Moneda rusa de Pushkin.
De la Torre recibió esta distinción de manos del propio Vladimir Putin en 2018 como reconocimiento al vínculo cultural entre Rusia y España creado por el Museo Ruso de San Petersburgo, que está abierto en Tabacalera desde 2015.
Horas después, Francisco de la Torre escríbelo de nuevo en el hilo: “Esto no significa que se levantarán las sanciones económicas y financieras ya aprobadas o que se impondrán sanciones más estrictas si el ataque de Rusia es aún más brutal y sangriento. La invasión de un país vecino no puede ser castigada. Es bueno conocer a la comunidad internacional”.
Nueva marcha contra la invasión rusa de Ucrania
‘Las comunidades quieren la paz’, ‘No a la guerra’, ‘No a la guerra’, ‘Rusia no es Ucrania’, ‘Ucrania, el mundo es tuyo’, ‘Paz para Ucrania’. Rusos contra la guerra’ y proclamas contra el presidente ruso Vladimir Putin en algunas de las pancartas que aparecieron ayer, de nuevo, en la Plaza de la Marina de Málaga. Cientos de personas exigieron el fin de la ofensiva ordenada por Rusia contra Ucrania la madrugada del 24 de febrero. Desde entonces, los testimonios de preocupación han sido constantes en una provincia con más de 11.500 ucranianos registrados, más de 4.000 en la capital malagueña, que están vertiendo ayuda humanitaria. Muchos de ellos tienen familiares allí y ya han arreglado envíos de materiales.