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Caza, captura y muerte del Mayor Cádiz

En el verano de 1936, Manuel de la Pintaalcalde republicano de Cádiz, todavía 57 días encerrado en un hotel de Córdoba. Luego llegó el 19 de julio. Como no tenía suficiente dinero, vendió su reloj de oro por 125 pesetas, que utilizó para adelantar el pago del alojamiento. El 13 de septiembre ya debía 380 pesetas. Ese mismo día, Unos «chicos requetés» gaditanos entraron en el hotel y fueron detenidos. No tenía sentido que no estuviera un día en la calle, sin recibir visitas ni correspondencia. de la pinta era trasladado a Cádiz el 26 de septiembre y encarcelado en el castillo de Santa Catalina. Cuatro días después, fue fusilado por los rebeldes contra la República. en los fosos de las Puertas de Tierra. No había cometido ningún delito. Su suegra, la madre del famoso comparador Paco Alba, que entonces era un chico de 18 años, se hizo cargo del cuerpo.

Manuel de la Pinta yo tenia 31 años cuando lo mataron. Un golpe de Estado el 18 de julio de 1936, desencadenado por la Guerra Civil, lo conmocionó en Madrid, pues fue examinado por unos opositores al médico forense. Hizo caso omiso de los consejos de su familia e intentó volver a Cádiz. Pero el tren se detuvo en El Carpio, en la provincia de Córdoba, y los viajeros fueron evacuados a la capital Córdoba, que ya estaba en manos de golpistas. Así acabó el alcalde de Cádiz en el hotel Cervantes, donde se alojó con su nombre, ignorante del peligro que se cierne sobre él. Aunque no pasó mucho tiempo. Día tras día se enteraba por la prensa de la suerte de sus compañeros en Cádiz y que a él le esperaba lo mismo.



Hasta aquí Poco se supo de la estancia de Manuel de la Pinta en Córdoba y hay muchos detalles de un crimen que incluso avergonzó a las autoridades que promovieron un golpe y lo recrearon: a diferencia de otros casos, se cuidaron de publicar y ejecutar su aire. Este diario ha encontrado detalles que arrojan luz sobre los atormentados días de De la Pinta en el hotel Cervantes en una noticia publicada en. A B C el 15 de septiembre de 1936. La información da cuenta de la detención del «alcalde del Frente Común en Cádiz» e incluye la testimonio del dueño del hotel Cervantes. Tomás Santonja Blanquer explica que Manuel de la Pinta no salió «ni una sola vez» del establecimiento y aporta datos de aquel viajero que, dice, llegó la tarde del 19 de julio y dijo que venía de Madrid.

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El hombre también menciona que el huésped se comprometió a pagar la cuenta porque su padre, un teniente coronel radicado en Málaga, respondería por él. La noticia explica a Manuel de la Pinta Detenidos el 13 de septiembre «capitán y unos requetés número» que habían, «después de algunas averiguaciones», averiguado dónde se hospedaba.

el historiador santiago morenoautor de la biografía de Manuel de la Pinta, localizada hace algún tiempo en un breve aviso publicado el 15 de septiembre de 1936 i Diario de Cádiz esto tampoco se notó y proporciona nuevos datos. Era un telegrama enviado por el capitán del Primer Requeté de Cádiz desde Córdoba a Cádiz, “Don José María Cabeza y Fernández de Castro, adscrito a la columna del Excmo. Señor. General Varela. El mensaje precisa que «elementos» de ese Requeté han captado el «tapón del exalcalde socialista – en Pinta».

Otra noticia, también muy breve y también Diario de CádizVamos a obtener otros detalles ahora. Fue publicado el 4 de agosto de 1936 y se hace eco de un rumor «fidedignamente difundido» sobre la captura de Manuel de la Pinta en Córdoba. Es decir, los sublevados supieron muy pronto que el alcalde republicano de Cádiz había salido de Madrid y desembarcado en la capital cordobesa. Pero tardó más de un mes en conseguirlo.

Cuando lo hicieron, cuando lograron averiguar dónde estaba y lo arrestaron, no lo trasladaron inmediatamente a Cádiz. Manuel de la Pinta permaneció en prisión en Córdoba hasta el 26 de septiembre. Hay un hueco para investigar lo sucedido hasta esa fecha del 13 de ese mes. Queda por ser visto en juicio, corte marcial y sentenciado a muerte. O si fue juzgado en Cádiz después de su traslado a esta ciudad. O otra posibilidad no desdeñable: si no hubo tal juicio y se fusiló sin más dilación.

Diario de Cádiz eco de la llegada de De la Pinta a Cádiz. La noticia explica, igual de escuetamente, que el «exalcalde» «comandaba» al capitán de la Guardia Civil Antonio Escuín, «que durante mucho tiempo estuvo al mando de las fuerzas de San Fernando». Hubo un incidente después de Escuin con el republicano de izquierda Manuel Muñoz Martínez, que provocó su traslado forzoso, y también culpó de ello a Manuel de la Pinta.

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Según el historiador Jesús Núñez, Eiscuin escribió una carta al general Varela cuando se enteró de la captura de De la Pinta, a quien se refiere como «sinvergüenza, bandido y sinvergüenza». Al informarle, le informa a Varela de su «gran interés» en «dispararle». Y dice en la carta: “Me han dicho que Cádiz lo exige, por lo que le ruego me permita, de acuerdo con mi general Queipo de Llano, conducirme; Porque era necesario mi servicio en Écija, no disfruté fusilando a los sinvergüenzas de San Fernando, os ruego que no me olvidéis en un caso u otro, que os lo agradeceré”.

La prensa estaba completamente controlada por los sublevados y bajo censura antes de que Manuel de la Pinta llegara a Cádiz y fuera encarcelado en el castillo de Santa Catalina. yo Diario de Cádiz no se volvió a hacer referencia al alcalde de la República en los días siguientes. La noticia de su ejecución ni siquiera apareció, como sí sucedió en otros casos. Era el 30 de septiembre de 1936 y Ramón de Carranza estaba al frente del entonces Ayuntamiento de Cádiz, que se había unido a los sublevados contra la República el julio anterior y tomaba posesión de la Alcaldía para las armas.

Pasaron cuarenta años antes de que pudiera hablar y escribir de nuevo sobre Manuel de la Pinta Leal y lo que le había sucedido.

La cultura, generosa y honesta, de la referencia al prójimo al olvido

Paco Alba dijo que había guardado una estilográfica de oro cuando volvió la democracia. No fue una figura literaria. Su hija Cati explicó que era cierto: era de su cuñado Manuel de la Pinta. Santiago Moreno, biógrafo de De la Pinta, recuerda esta y otras historias que incorpora al nuevo tema que un día le permitirá completar el perfil de un personaje olvidado en su ciudad.

El Hijo Adoptivo de Cádiz fue nombrado en 2006, y el último alcalde republicano da nombre a una calle (lejos del centro y por ella no transitaba nada). Pero casi nadie en la ciudad conoce a un hombre que fuera un referente para sus vecinos en la década de 1930. Como dicen en el libro los historiadores Santiago Moreno Tello y Rubén Benítez Aragón Derribo de la democracia: la vida y la muerte del alcalde del Frente Común en la Provincia de Cádizel joven burgués nacido en Málaga que llegó temprano a Cádiz a estudiar medicina para convertirse en líder de la juventud republicana y, en 1932, en un alcalde que destacó por ser «culto, generoso, honesto y leal».

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Esto no quiere decir que descuidó su carrera profesional: a los 23 años comenzó a trabajar en la clínica del Dr. Argüelles, meses después consiguió empleo como Inspector Municipal de Sanidad a través de un concurso y luego pasó a ser médico de turno en la Universidad. Mora y se empleó como profesor asistente en la Facultad de Medicina. Además, acudió a consulta privada en su domicilio, calle San Pedro.

De la Pinta fue un destacado miembro de Esquerra Republicana, el partido dirigido por Manuel Azaña, al que pertenecía la mayoría de la burguesía progresista de Cádiz. La promoción de la educación pública y la preocupación por el paro obrero fueron pilares de la política desarrollada por las corporaciones que encabezaba. Con la decisión de aplicar la Constitución y suspender los subsidios municipales a las instituciones religiosas, De la Pinta se ganó la hostilidad de la Iglesia. También los propietarios de las fincas donde la Oficina Municipal de Sanidad exigió condiciones mínimas de habitabilidad en las viviendas alquiladas. Josefa Medina, la madre de Paco Alba, siempre ha dicho que fue ella quien le puso un pañuelo en la cara cuando lo mataron. Y asegura que fue durante la dictadura de Franco cuando Paco Alba capturó una rosa roja en su tumba.

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