La FMIV nutre la confianza de los niños en la reactivación de la fiesta con una espuela verde ‘Malaquita’, una piedra preciosa utilizada por los egipcios como joya y amuleto.
La sonrisa no se borró este domingo ni un segundo en el rostro de Nerea López Maestre, la adolescente infantil mayor de Valencia en 2022, que intentaba mostrar el delirio de los niños con esta expresión de la vuelta de las Fallas a las calles. En este día tan especial, Nerea se apoyó en una espuela llamada ‘Malaquita’, un tono que era verde, como todos entenderían, sobre un borde gris muy dulce.
La espuela hacía referencia a un mineral, una piedra preciosa que ya usaban los egipcios para fabricar joyas y amuletos. Si bien la gama no guarda relación con la de su compañera de reinado, Carmen Martín, de alguna manera la elección del vestido de las dos falleras está marcada por el simbolismo de las esperanzas de ambos Verdes. otra fallera mayor vestida de verde, Inma Escudero y Laura María Ortega en 2004.
La Joia es la firma encargada de confeccionar el traje de Nerea y su corte Las doce compañeras de corte destacaron con unos tejidos de la Compañía Valenciana de la Seda llamados ‘Allegra’ y el máximo tribunal por primera vez el segundo traje oficial, con un Tejido Bartual con una tela de tiras llamada ‘Letizia’. Por otro lado, aún con la sonrisa intacta, Carmen Martín eligió Bartual ‘Regne de València’ ‘color seda seda’ ‘Toast Siena’, para mantener el look antiguo tejido con metal oro viejo. también se pudo ver a Carla García (FMIV 2020-2021), quien sorprendió con el traje Greta de Claudia con cuerpo de brocado de algodón con detalles de seda y guipur, combinado con falda de tul con bajo de raso y fajín de seda salvaje.
Galería.
Sobre el escenario se habló mucho del vestuario, ya que las compañías Espectáculos Más y Eventime Theatre realizaron un espectáculo en el que un personaje, que era modista, perdió su lápiz mágico con el que quería crear el traje de Nerea.
La puesta en escena fue como un cuento de hadas, con actores con nombres como Lucchino y Josep Gabbana cantando canciones inspiradas en las películas de Disney y se habló de los ratones que hacían los disfraces de Cenicienta. No faltó la presencia de una madre hada, que vino con su vara a devolver la esperanza a José. Se pidió al público que moviera los dedos para hacer magia y así lo hicieron los niños, se escucharon melodías de Cenicienta o La Bella y la Bestia y el público no aceptó los aplausos. Jugaba seguro, lo que les gusta a los niños. Durante el descanso se pudo ver a falleras infantiles mayores de Valencia como Sofía Soler (FMIV 2016), Daniela Gómez de los Ángeles (FMIV 2018) o Sara Larrázabal (FMIV 2019). Y tras el descanso vinieron a ver a Neréa y sus acompañantes. Ya no había por qué sorprenderse, sabiendo que iban a desfilar por el pasillo sin mascarilla, y sus rostros expuestos Las risas de las trece jóvenes mostraban la esperanza de los niños en Fallas con la mayor normalidad posible. La imposición de bonos fue perfectamente seguida por la entrega de flores. Debido a que los pasillos del Palacio de Congresos son estrechos, las cestas se han elevado. Por cierto, la cesta del Ayuntamiento de Valentia era diminuta, casi rayana en la pobreza comparada con la que ofrecía la Federación de Fuego de Hueso de Alicante, que incluso contenía peluches, y era más pequeña que la Junta Central Fallera o lo que era. por culpa de Nerea, el Ingeniero José Sirera. Como testimonio de la belleza del foco la mencionaron como Noelia al ascender y al descender la corrigieron y la nombraron Valeria Gómez. El broche de oro lo puso la pirotecnia de Aitana y luego las grandes falleras de Valencia y sus cortes se dirigieron a la Basílica para entregar los ramos a la Virgen. La banda de Valencia tocaba marchas fúnebres a modo de protesta.