«Al meu poble ja cualquier ternera que quede». Así, en valenciano, Katya explicó lo que se va a dejar en Bucha, un pequeño pueblo de Ucrania. «Estoy mucho mejor ahora que antes», dice Artur, de 11 años. “En el camino ves cosas que ni siquiera querías ver”, dice Marina, que vivía en Kiev hasta que la guerra la echó de su casa y tuvo que c.
Que pena por todas esas familias que viven el drama de la guerra. Gracias por acogerlas
Xiomara
En Valentia somos muy solidarios. Gracias por el artículo.