La Virgen, en el altar de la Basílica, con ‘Manto de los dragones’. /
La Peregrina de la MTA lucirá el ‘Manto de los Dragones’ que estuvo hasta el final en la imagen de título del altar de la Basílica
Del brocado granate el Transfer al tejido plateado de la procesión vespertina. Son los dos mantos que luce la Mare de Déu en los dos actos principales de su fiesta. El del desfile, además, es el primero en salir a la calle y lo hace para conmemorar una fecha especial: este domingo se inicia el Año Jubilar por el Centenario de la Virgen Canon Corona de los. Desamparados.
Se trata de un manto de silbatos y quimeras, más conocido como ‘Manto de los Dragones’, que se elabora desde principios del siglo XX y fue el primer manto solemne en llevar la imagen de la Virgen tras la Guerra Civil. Está catalogada como una de las banderas históricas de la Mare de Déu, junto con el manto del Año Mariano Universal (actualmente lleva la imagen del título en el altar de la Basílica) 1954; Corona pontificia de la imagen en 1923; y Capellán Mayor Don Germán desde 1915.
También se le conoce como manto de la familia Burillo por ser el nombre de los talleres de artesanía litúrgica en los que se elaboraba, que se entregaba a la patrona en agradecimiento por sentir la protección de la Virgen durante las «difíciles etapas de 1936 a 1939». , como se indica en el cartel explicativo. Estaba bordado en oro fino sobre satén de seda blanca con un patrón de silbidos e intrincadas quimeras.
Detalles sobre ‘Manto de Dragón’. /
La imagen principal de la Mare de Déu lució este manto ininterrumpido desde 1940 hasta 1948, cuando fue utilizado por la Virgen Peregrina, que lo lució en sus recorridos por la ciudad y varios municipios diocesanos.
Fue restaurado en 2019 en el Taller Garduño (Creaciones Garduño SL), que también restauró hace años el manto de la Coronación, debido a sus defectos, como roturas y cambios de color. Se utilizaron más de 6.800 horas de trabajo.
Por lo que se cambió la tela de soporte por una nueva compuesta por tela plateada e hilos metalizados y de colores. Asimismo, se reorganizó la zona central para “darle más compromiso y equilibrio, según los restauradores, que destacaron “el gran valor histórico-artístico del manto y su gran calidad”.