El pleno del Ayuntamiento de Sevilla ha aprobado este jueves la ordenanzas fiscales para el año 2024. Hasta aquí, nada extraordinario. Pero la noticia no está tanto en el hecho de que las tarifas salieran adelante, sino en el apoyo que recibió el gobierno municipal del Partido Popular para aprobar una de las votaciones más complicadas, teniendo en cuenta que no cuenta con la mayoría absoluta necesaria.
Porque fue el PSOE el que, con sus votos, hizo posibles las primeras ordenanzas fiscales del PP tras recuperar la alcaldía de Sevilla el pasado mes de mayo y porque, al mismo tiempo, envió al PP un mensaje claro y contundente a Vox, que presionó a la empresa popular para unirse al gobierno local a cambio de apoyo plenario.
Sanz consiguió no sólo superar la votación sobre los impuestos, sino también doblar el pulso a Vox, que llevaba meses aplicando una estrategia de bloqueo con el único objetivo de obtener un puesto en el equipo de gobierno. Y ello a pesar de que el alcalde repitió hasta la saciedad que la fórmula del «no» nunca formó parte de sus planes. coalición de gobierno con Vox. Acuerdos puntuales, sí, pero no cogobierno.
Las ordenanzas eran, de hecho, una de las bazas que jugaba el partido de extrema derecha para presionar al PP en el Consistorio sevillano y, por eso, el hecho de que Sanz haya llegado finalmente a un acuerdo con los socialistas ha desatado las iras de Vox. Tanto es así que su portavoz municipal, Cristina Pelez, arremetió contra el alcalde, que no ahorró críticas ni adjetivos, incluido el de «traidor» por firmar lo que calificó de «un pacto ignominioso con «el peor PSOE de la historia».
El acuerdo entre el PP y el PSOE fue posible después de que el equipo de gobierno de Sanz aceptara quince de las 20 enmiendas que había presentado y consensuar una ordenanza que, según el ejecutivo municipal, supone una «rebaja generalizada» del 1 por ciento en los impuestos y la «congelación total de las tasas», a excepción de una nueva y llamativa que gravará la celebración de bodas en el Ayuntamiento con una cantidad fija de 116 euros.
Aunque se aprobó este jueves, el pacto se alcanzó en la Comisión Municipal de Hacienda celebrada el martes y sirvió a la administración municipal para presumir también de su capacidad negociadora y de llegar a acuerdos con la izquierda, ya que no sólo el PP aceptó las enmiendas del PSOE, sino también las de Podemos-IU. El grupo del que es portavoz Susana Hornillo presentó 36 enmiendas y siete de ellas se incorporaron al texto final, aunque en el pleno este grupo no sumó sus votos a los del PP y PSOE.
De hecho, el portavoz adjunto de Podemos-IU Ismael Snchez, lamentó que las nuevas ordenanzas fiscales «vayan en contra de los intereses de la mayoría social» al no aplicar criterios de renta. «No es cierto que cuatro millones de euros vayan a ir a todos los sevillanos. Irán a parar a los bolsillos de los más ricos», resumió. «Hemos sido coherentes de principio a fin porque sólo hemos apoyado ordenanzas que gravan a las grandes fortunas y a las empresas», dijo.
«Esto no es el principio de nada».
El PSOE, por su parte, quería marcar la distancia. A pesar del acuerdo, el PP y su portavoz, Antonio Muoz, advirtieron en un vídeo colgado en sus redes sociales que «esto no es el principio de nada» y que el «contador se pone a cero» de cara a próximas negociaciones, como la de los presupuestos, prueba de fuego del gobierno en minoría de Sanz.
Además, Muoz señaló que los socialistas han conseguido hacer realidad las ordenanzas pactadas con el PP en forma de una reducción de impuestos. Según sus cálculos, la nueva rebaja fiscal supondrá un ahorro para los ciudadanos de Sevilla de unos tres millones de euros. No es nuestro modelo fiscal, pero tampoco es el de Sanz», dijo el ex alcalde, que añadió que están ejerciendo una «oposición responsable».
El enfrentamiento, tras la aprobación de las ordenanzas, es total entre el PP y Vox. El portavoz municipal popular y delegado de Hacienda, Juan Bueno, reprochó a Vox no haber hecho ‘ni una sola aportación al debate’ y criticó su ‘oposición responsable’. ‘Discurso desesperado’. El concejal insistió en que no sabía qué decir «después de no haber aportado absolutamente nada al debate».
«Querían que fuéramos una trampa. ¿Qué sentido tenía presentar enmiendas?», se preguntó la portavoz de Vox, tras asegurar que con la aprobación de las ordenanzas fiscales «consiguieron que Muoz volviera a la alcaldía, porque son ordenanzas del PSOE». «Mintieron. Prometieron una bajada masiva de impuestos y pactaron con el PSOE una subida masiva de impuestos», denunció Pelez, que acusó al Gobierno de Sanz de «aplicar la política de Ada Colau» en materia de IBI.
El enfado en el partido de Abascal es considerable tras el portazo del PP y después de meses de tira y afloja. Vox pidió al alcalde que se sentara en una mesa para negociar un pacto de gobierno que, según su portavoz, se había hablado hace meses. Peléz aseguró que Sanz se había comprometido a hacerlo una vez pasadas las elecciones generales, pero el equipo del regidor sevillano lo negó.
Esto llevó a Vox a armar jaleo, bloqueando iniciativas que el PP no podía sacar adelante sólo con sus votos, como cambios en los presupuestos -por valor de 1.000 millones de euros-. 14 millones de euros- que la administración municipal quería haber aprobado a principios de octubre.
Ya en junio y septiembre, en los plenos ordinarios de esos dos meses, los partidarios de Santiago Abascal habían dejado solo al Partido Popular en algunas votaciones, obligando al alcalde a utilizar su poder en la votación. voto decisivo.
En Vox rechazan que Sevilla sea «una excepción» después de que en otras ciudades y en un buen número de comunidades autónomas el PP y Vox gobiernen de la mano y quieren que estas alianzas se extiendan a la capital andaluza. Si aún no ha ocurrido aquí, según ellos, podría ser por orden directa desde el Palacio de San Telmo «o desde la calle San Fernando», sede del PP regional, porque, argumentan, si hay cogobierno Juanma Moreno no podrá mantener el discurso de que en Andalucía el PP no debe apoyarse en Vox.
Maria Del Carmen es periodista española nacida en Écija, Andalucía. Comenzó su carrera como periodista a principios de los años 80, trabajando para varios periódicos y emisoras de radio en España. A finales de los 90 se trasladó a Londres, donde trabajó como periodista independiente durante varios años. Regresó a España a principios de la década de 2000, y actualmente trabaja como periodista en DiarioÉcija. También ha publicado varios libros.