Enma Martínez Gascó falleció en la madrugada del lunes en el Hospital Clínico de Valencia. Tenía 12 años. La niña llevaba una semana sufriendo fuertes dolores abdominales, acompañados de vómitos y fiebre. Murió de una peritonitis purulenta, que derivó en una infección sanguínea, según su padre, Pedro Martínez, del centro de salud.
Anteriormente, los padres habían llevado a la menor al médico tres veces, dos al centro de urgencias de Viver, situado a tres kilómetros de su pueblo, Jérica, en el interior de Castellón, y una al hospital de referencia de la zona, en Sagunto, a 42 kilómetros. En todos los casos, los médicos no encontraron ninguna dolencia grave, atribuyendo el dolor a un virus intestinal o a la primera menstruación de la niña, y la enviaron a casa. No le hicieron un análisis de sangre ni una ecografía, que muy probablemente habrían detectado la afección, a pesar de la insistencia de la madre en que podía tratarse de una apendicitis (que puede desembocar en una peritonitis) debido a los antecedentes familiares, según declaró el padre a este periódico en una conversación telefónica el jueves.
Los padres tienen intención de presentar una denuncia contra la administración porque creen que ha habido negligencia médica. Fuentes de la Consejería valenciana de Sanidad expresaron el jueves su «profundo pesar por lo ocurrido» y aseguraron a la familia que «se analizará todo lo sucedido». No pueden facilitar más información sobre el caso hasta que no dispongan de todos los hechos, añadieron.
Jérica, de 1.550 habitantes, declaró el lunes un día de luto oficial por la muerte de la niña, cuya familia es muy conocida en esta localidad de montaña situada a 73 kilómetros de Valencia. Su padre es concejal socialista en el ayuntamiento gobernado por el PP y su madre, Beatriz, es la estanquera del pueblo que multiplica la población en verano. Ambos, de 48 años, están muy dolidos, pero intentan mantener la calma y luchar contra su desesperación y su rabia. Pero quieren saber qué le pasó a su niña y, sobre todo, quieren que «no le vuelva a pasar a nadie», dice el padre. «Enma jugaba al fútbol, era festiva, cariñosa, llena de vitalidad, iba con sus dos hermanos. [de 17 y 22 años] y todo el mundo la conocía», añade.

Los padres están dispuestos a dar cuenta de los hechos: El domingo 29 de enero, Enma empezó a encontrarse mal, con dolor abdominal, vómitos, diarrea y fiebre (38,5). Su madre la llevó al centro de urgencias de Viver. Allí, el médico de guardia no detectó ningún problema grave. «Mi mujer le preguntó si podía ser apendicitis, ya que mi familia la había padecido. El médico le dijo que no creía que fuera eso, que no podría andar, que podía ser un dolor en los ovarios, que estaba a punto de tener la primera regla o un virus intestinal’, explica Pedro.
La niña no se recuperó, no podía dormir a causa del dolor. El jueves 2 de febrero, la madre volvió con la niña al médico de Viver. El padre estaba de viaje de negocios en Barcelona. Había otro médico de guardia, que repitió lo que ya le había dicho su colega, que podía ser un virus. No hizo nada, dijeron los padres. Volvieron a casa.
«Cuando llegué a casa el viernes y vi la cara de la chica…. Ni siquiera podía caminar erguida. El sábado por la mañana, a las once y media, la llevé al hospital», dice el padre, refiriéndose al hospital de referencia de la zona, situado en Sagunto, llamado coloquialmente Mini Fe. «Nos quedamos allí hasta las cinco de la tarde. Hicieron un análisis de orina y auscultaron el vientre, vieron la lengua blanca, pero poco más. Debieron ver que los análisis de orina eran normales y nos fuimos a casa -continúa Pedro-.
El domingo 5 de febrero, Enma empeoró. «Ni siquiera tenía fuerzas para salir de casa. El niño perdió el conocimiento y se desplomó. Fuimos al centro de urgencias de Viver porque era el camino más rápido. Entró en parada cardiorrespiratoria, utilizaron un desfibrilador. Llamaron al SAMU y llegaron en 12 minutos. Consiguieron estabilizarla y la llevaron al hospital. [hospital] Clínico de Valencia. Allí esperaba todo el equipo médico pediátrico para operarla. La niña volvió a pararse e intentaron reanimarla durante dos horas. Murió a las dos de la mañana», cuenta el padre. La causa de la muerte, según el hospital, «es una peritonitis purulenta», con una infección sanguínea que puede provocar un fallo multiorgánico.
«¿Cómo es posible que después de ir tres veces al médico con la niña en estado de shock, sean incapaces de hacerle la ecografía o un análisis de sangre?», se queja Martínez. También está desconcertado porque dice que este jueves no le dieron el informe sobre su hija que había solicitado al centro Viver.
Antecedentes
Dos fuentes médicas consultadas se mostraron muy prudentes porque no conocían el caso y, por tanto, no podían emitir ningún juicio. En su práctica clínica sólo señalan que un análisis de sangre y una ecografía pueden detectar una anomalía debida a apendicitis o peritonitis. La peritonitis es una enfermedad grave que comienza en el abdomen y se produce cuando se inflama la fina capa de tejido que recubre el interior del abdomen. La apendicitis es una inflamación del apéndice. La peritonitis puede deberse a una complicación de la apendicitis.
En noviembre de 2020, Aitor, de ocho años, murió de peritonitis en el hospital de Elda (Alicante) sin que se le diagnosticara nada, tras cinco visitas a urgencias en cuatro días. La autopsia determinó que la causa era una peritonitis. La familia se quejó de que, a pesar de los fuertes dolores de estómago del niño, sólo le habían hecho un análisis de orina y le habían dado medicación para evitar que vomitara. El caso está siendo investigado por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 3 de Elda.
Antonio Gómez es un conocido periodista en España. Nació en Écija, Andalucía, el 3 de diciembre de 1963.
Tras estudiar periodismo en la Universidad de Sevilla, comenzó su carrera trabajando para diferentes periódicos de Andalucía. En 1988, entró en la plantilla de El País, uno de los diarios más importantes. Ha sido corresponsal en Madrid y Bruselas, y actualmente trabaja para DiarioÉcija.com.
Gómez ha ganado varios premios por su trabajo, incluido el Premio Nacional de Periodismo en 2001. En 2006, fue nombrado Periodista del Año por la Asociación de la Prensa Española.