Lo que era inevitable, entre tantos falsos halagos, ha llegado. El Sevilla de Sampaoli demostró de la forma más cruel que el fútbol no consiste en creer en una idea, sino en dominar muchas. Los blancos nunca lograron entender que adaptarse al juego de un rival de características tan marcadas como Osasuna forma parte del proceso. No fue en absoluto una sorpresa Jagoba Arrasate proponiendo un partido de duelos frontales, caídas, segundas jugadas y tramos largos. Fue más bien una falta de responsabilidad por parte de los rivales por no haber estado preparados para esto cuando, además, fueron superados por el PSV en Eindhoven con semejantes antecedentes y lo pasaron tan mal que estuvieron a punto de quedar eliminados a pesar de la victoria por 3-0 de la ida.
Jugar bien al fútbol no es siempre jugar bien al fútbol, sino, en días como ayer en los que no es posible imponer tu propio estilo, estar preparado para no caer en el de otros. O para jugar mejor, si es posible. O para jugar mejor, si es posible.
Arrasate se lleva el gato al agua por tercera vez contra el Sevilla en la misma temporada y las tres veces (dos contra el mismo entrenador) de la misma forma: directa y vertical. Y dos veces con Abde como ejecutor. En la copa y en la liga.
Defensa
Se repitió la misma situación vivida el jueves y tropezaron con la misma piedra. Sampaoli cometió dos errores muy graves en su plan de juego. Uno, perdió la batalla numérica en el centro del campo; dos, no previó que el balón iría constantemente hacia el fondo del campo y en vertical, hacia las espaldas de los laterales largos en el 3-4-3, sobre todo si los centrales no son delanteros centro en un sistema en el que siempre les resulta difícil coordinarse con los laterales para salir o quedarse, atacar o replegarse, ir hacia la pareja o quedarse esperando al impar…
Los duelos aéreos siempre se perdían -Gudelj sufría especialmente en este terreno- y no había nadie para los segundos balones, por eso, por ejemplo, Moncayola disparó desviado de Bryan Gil en la acción que acabó en córner que supuso el 0-1 o Kike Barja hizo lo mismo en el 0-2 que anuló el VAR.
Discurso aparte merece la inferioridad en el centro del campo, donde el equipo pasó apuros en la primera parte a pesar de la presencia de Gueye, que es un buen jugador pero no es Keita, ni Poulsen o con quien quiera que se le haya comparado. Sampaoli intentó compensarlo, pero sólo acertó con Suso.
Ataque
No se vio el juego que Sampaoli había previsto en la previa. En la primera parte sólo Bryan Gil presionó sin ningún mérito colectivo y en la segunda Suso consiguió enlazar las líneas para generar ocasiones, con entradas sobre todo de Jesús Navas y En-Nesyri atacando los espacios, pero el argumento resultó pobre a tenor de los resultados.
Además, generó situaciones de transición que sólo beneficiaron al equipo que mejor supo interpretar la verticalidad, el de Arrasate.
Virtudes
Ser capaz de mantenerse erguido, aunque a veces intente golpear sin conciencia ni sentido.
Talón de Aquiles
El Sevilla no entendió el partido que tenía que jugar.
Maria Del Carmen es periodista española nacida en Écija, Andalucía. Comenzó su carrera como periodista a principios de los años 80, trabajando para varios periódicos y emisoras de radio en España. A finales de los 90 se trasladó a Londres, donde trabajó como periodista independiente durante varios años. Regresó a España a principios de la década de 2000, y actualmente trabaja como periodista en DiarioÉcija. También ha publicado varios libros.